El yogur ocupa un lugar importante en la alimentación de las familias españolas y se sitúa como el derivado lácteo más consumido en nuestro país. Con presencia en 8 de cada 10 hogares, el yogur ha consolidado su rol esencial tras los cambios que las familias españolas introdujeron en sus hábitos alimentarios a raíz de la COVID-19. El 95% de los españoles tomaron yogur durante el confinamiento y su consumo aumentó un 18,2% durante ese período, según los datos revelados por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).

La importancia del yogur para la calidad de la dieta adquiere cada vez más relevancia. A partir de la contribución de este alimento accesible y asequible a una buena nutrición, la Asociación Española de Fabricantes de Yogur y de Postres Lácteos (AEFY) se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En España se consume una media de 14 millones de yogures al día. Las regiones de la zona norte y centro, -que comprenden a las comunidades de Asturias, Galicia, País Vasco, Cantabria y gran parte de Castilla y León- destacan por ser las que presentan un consumo de yogur más elevado en relación con la media nacional, que es de 14,4kg/año por persona. Así, los hogares asturianos son los mayores consumidores de yogur, con una media de 20,49 kg/año, seguidos de los del País Vasco (18,92 kg/año) y Galicia (16,9 kg/año).

Vuelta a la esencialidad en la alimentación tras la COVID-19

El contexto de la COVID-19 ha supuesto la vuelta a los valores de esencialidad en la alimentación con la recuperación de patrones dietéticos que buscan asegurar los aportes de nutrientes básicos. En este contexto, según el presidente de AEFY, Antoni Bandrés, “el yogur ha consolidado su rol como alimento de consumo habitual por su alta calidad nutricional y por ser un alimento accesible y asequible”.
En lo referente a hábitos, según el estudio publicado recientemente por la Fundación Española de Nutrición (FEN), el yogur se consolida como el derivado lácteo más consumido. En cuanto al consumo por edades, los niños (9-12 años) son el grupo de población que más yogur toma y los adolescentes (13-17 años) los que menos. El informe también refleja que las mujeres son más consumidoras de este alimento que los hombres, al igual que de productos lácteos en general.