AEFY, la Asociación Española de Fabricantes de Yogur y Postres Lácteos Frescos, ha presentado sus aportaciones a la consulta pública previa promovida por el Ministerio de Consumo del proyecto de Real Decreto por el que se establecen normas de desarrollo de los artículos 40 y 41 de la Ley 17/2011, de 5 de julio, de Seguridad Alimentaria y Nutrición, para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos.

Desde AEFY consideran que la presencia del yogur en el entorno escolar es insuficiente, tomando como referencia las recomendaciones de un organismo objetivo y de prestigio como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). En el documento de consenso sobre la alimentación en los centros educativos elaborado por esta entidad, adscrita orgánicamente al Ministerio de Consumo, en el año 2011 Aesan – Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición fija la frecuencia de consumo del yogur natural recomendado en los menús de centros educativos entre 0 y 1 a la semana junto a otras categorías de alimentos como, frutos secos o zumos de fruta natural.

Según apunta AEFY, se puede dar la paradoja de que el colegio escoja la cantidad mínima recomendada (es decir, 0) y, por lo tanto, no incluya el yogur natural dentro del menú escolar, siendo una cantidad insuficiente para cumplir las recomendaciones nutricionales.

El yogur es un alimento nutricionalmente denso, siendo una fuente de varios nutrientes que pueden ayudar a mejorar la calidad de la dieta dentro de un patrón de alimentación equilibrado y saludable. Aporta un 4% de los minerales y vitaminas necesarios para un buen funcionamiento del organismo, siendo relativamente bajo su aporte en calorías. Además de ser una fuente de calcio, también es importante destacar que el yogur aporta una elevada cantidad de proteínas, así como fosforo, magnesio, potasio, zinc, yodo y vitaminas A, D, B2 y B12.

El yogur contiene también los fermentos Lactobacillus Bulgaricus y Streptococcus Thermophilus, bacterias ácido lácteas que hacen de él un alimento de fácil digestión gracias al proceso de fermentación.

Por todo ello, el consumo del yogur es recomendable durante las diferentes etapas de la vida dentro del marco de una alimentación saludable. En este sentido, guías y pirámides nutricionales, entre ellas la AECOSAN, el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas o la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, recomiendan el consumo a diario de alimentos lácteos, entre ellos el yogur.

Además, numerosas sociedades médicas, como la American Academy of Pediatrics, indican que el yogur debería incluirse como uno de los alimentos complementarios en la dieta infantil. De hecho, existen numerosos estudios que han analizado los beneficios del yogur en la alimentación durante la infancia, recomendable en etapas de desarrollo y crecimiento.

Para Antoni Bandrés, presidente de AEFY, “es prioritario que el yogur natural sea un alimento habitual en los comedores escolares. Esta mayor presencialidad del yogur en las escuelas contribuirá a promover la accesibilidad de los más pequeños a alimentos de alta densidad nutricional y que benefician su correcto desarrollo, como el yogur natural”. “Es necesario que una normativa tan importante como el `Proyecto de Real Decreto por el que se establecen normas de desarrollo de los artículos 40 y 41 de la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición, para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos´ solucione la falta del yogur natural en los colegios, siendo imprescindible la revisión de los menús de los comedores para incluir, al menos, un yogur natural a la semana” añade Bandrés.

Desde AEFY, valoramos la importancia de seguir una alimentación saludable en la que estén representados todos los grupos de alimentos. En este sentido, la introducción de yogur en la dieta diaria no tiene por qué desplazar otros alimentos saludables habituales en el postre, como la fruta.

A healthy start to the day with Fruit and Cereal Yoghurt

Un ejemplo sería combinar yogur con fruta, facilitando la introducción y la apetencia por la fruta, sobre todo en la dieta infantil.