La industria en Europa
El yogur es un vertebrador común de la dieta europea. Se trata de un alimento milenario esencial en el patrón mediterráneo: casi todos los países de la región tienen en común una memoria gastronómica que pasa por este alimento.
En 2022 se produjeron en Europa algo más de 7,5 millones de toneladas de yogur, siendo Alemania y Francia los líderes europeos en su producción y representando alrededor del 40% de la producción total de este alimento en Europa.
Además, según la Asociación Europea de Productos Lácteos (European Dairy Association – EDA), la producción de productos lácteos fermentados muestra una tendencia estable en los últimos años. A pesar de algunas variaciones, la cifra se mantiene cerca de los 7.700 millones de toneladas anuales.
En la Unión Europea, los productos fermentados —como el yogur y otros lácteos, incluyendo el kéfir— mantienen una demanda estable, posiblemente debido a que también se mantiene el interés por los beneficios de la fermentación para la salud digestiva y el sistema inmunológico.
Durante el período de enero a diciembre de 2023, la producción de leche acidificada (que incluye yogures y otros productos) en Europa estuvo liderada por Alemania, que contribuyó con el 22% del total. Francia ocupó el segundo lugar, con una participación del 17%, seguida de cerca por España, que aportó un 14% de la producción. En cuarto lugar, Polonia representó el 8% del total, mientras que Italia y Bélgica participaron con un 4% cada una. Los Países Bajos también alcanzaron una cuota del 4% en la producción europea. Austria, Suecia y Rumania se situaron en el mismo nivel, con un 3% cada uno, y otros países como la República Checa y Grecia tuvieron una participación algo menor, de un 2% cada uno.
En conjunto, estos datos muestran una distribución en la que Alemania, Francia y España se destacan como los principales productores de leche acidificada en la región, con una participación importante en el mercado europeo.